Pasadas las elecciones regionales en Francia ya se van perfilando los rumbos hacia las elecciones presidenciales del 2012.
En mayo de 2007 el presidente Jacques Chirac pasaba el mando por los próximos 5 años a su sucesor de derecha Nicolás Sarkozy.
El entonces ministro del Interior de Francia y dirigente del partido conservador Unión para un Movimiento Popular (UMP) se impuso con el 53% de los votos ante la candidata socialista Ségolène Royal. Y en el primer turno de las elecciones, lo había hecho con el centrista François Bayrou y el ultranacionalista Jean-Marie Le Pen.
En el 2007 una nueva generación de gobernantes europeos reafirmaba la identidad nacional y recomponía la relación con los EE.UU. Entre estos también se posicionaba el nuevo gobierno francés diferenciándose de la anterior concepción gaullista de la soberanía.
Cumpliéndose un año de su elección el presidente contaba con una baja popularidad. "Tenemos un contexto internacional difícil, razón de más para acelerar las reformas". La disminución en el progreso de la economía y la insatisfacción social de varios sectores del país dificultaban la buena realización de las reformas en curso.
Las elecciones locales de las 26 regiones de Francia
“Estas regionales son elecciones locales, de asuntos locales y no tendrán consecuencias nacionales”, Nicolás Sarkozy.
Éstas determinan el control de los consejos regionales encargados de los asuntos locales. Sin embargo, las regiones francesas están, de a poco, conquistando mayor poder decisional.
El catorce de marzo último se llevó a cabo la primer vuelta de los comicios marcados por una abstención récord de 52% (20 millones que no votaron sobre un total de 44 millones de electores).
En medio de un clima de crecientes reproches por el aumento del desempleo, la caída del poder adquisitivo y la creciente marginación de amplios sectores de la población, el partido Unión para una Mayoría Popular, obtuvo el 26,7%.
El Partido Socialista junto a una coalición de partidos de izquierda alcanzaban el 53,6 % de las preferencias. Los socialistas ya gobernaban 20 de las 22 regiones metropolitanas que forman el territorio del país en Europa tras arrollar a los conservadores en 2004.
Al frente del partido socialista, Martine Aubry llevó a cabo la alianza con Europa Ecología (o movimiento verde, unificado gracias a Daniel Cohn-Bendit) y el Frente de Izquierdas, estrategia que les permitió totalizar los votos y al que ella nombra “Izquierda solidara”.
Jean-Marie Le Pen y su extrema derecha, retomó fuerzas obteniendo un 12,3% con Frente Nacional (con quien el oficialismo compartía electorado). Se registró su fortalecimiento en particular en la zona de Alsacia, que junto con Córcega ya eran de tradición derechista. Además, logró un porcentaje del 25% en la región PACA (Provenza-Alpes-Costa Azul). Se considera un anticipo de lo que será la disyuntiva de la derecha dentro de dos años.
El otro resultado inesperado fue el derrumbe del Movimiento Democrático (Modem). La fuerza centrista de François Bayrou, que había obtenido el 15,6% en la primera vuelta de las elecciones presidenciales de 2007, retrocedió ahora al 4%
La segunda vuelta llevada a cabo el domingo 21 de marzo volvió a caracterizarse por la fuerte abstención (49%).
A nivel nacional, la alianza izquierda totalizó el 54,05% de los votos frente al 35,37% del oficialismo, según los resultados oficiales. Así socialistas, ecologistas y comunistas se hacen con el control de 23 de las 26 regiones de Francia (incluidas las de ultramar). Le arrebató Córcega al gobierno y sólo perdió en Alsacia, que se mantuvo fiel a la derecha, y las regiones Guayana y Reunión (Posesiones de ultramar).
Internas socialistas
El triunfo de Martine Aubry, sin embargo, resulta matizado por el enorme éxito que obtuvo su oponente en el último congreso socialista, Ségolène Royal, ex candidata presidencial y reelegida ayer presidente de la región de Poitou-Charentes donde totalizó más del 60% de los votos.
Ausente de la foto de la “familia de presidentes regionales socialistas”, Royal dijo por ahora que no será candidata a las presidenciales, durante una entrevista que se le realizó en el canal TF1. Sin embargo, según opinión general de la izquierda francesa, ambas perfilan con posibilidades.
La reacción oficial
Algunos dirigentes del partido de Sarkozy reclaman una "clarificación" de la orientación política del gobierno. Con el objeto de poner término a la política de apertura a la izquierda llevada a cabo durante la presidencia de Sarkozy.
Por su parte el jefe de gobierno convocó al primer ministro, François Fillon, para "analizar los resultados" e introducir "cambios modestos" en la composición del gabinete según anunciaba Claude Guéant secretario general del Palacio Elysée (quien se presenta desde hace un tiempo como la mano derecha del presidente).
Estos son algunos de los cambios: desplazó al ministro de Trabajo, Xavier Darcos, y queda en su lugar Eric Woerth. La vacante de Woerth será cubierta por François Baroin, que fue ministro de Jacques Chirac y quien se considera crítico de Sarkozy.
El legislador Marc-Philippe Daubresse será ministro para la Juventud, con lo que cubrirá la baja de Martin Hirsch (apertura izquierda), y el diputado Georges Tron estará al frente de la Secretaría de Estado de Administración Pública. Tron es un político muy próximo al ex primer ministro Dominique de Villepin, quien es el gran rival de Sarkozy en la derecha francesa.
En tanto, el presidente, dice que no cambiará su política, cuyos efectos positivos fuero opacados por la crisis financiera, ya que desperdiciaría los esfuerzos ya hechos.
Esto es, las reformas económicas previstas (incluida la polémica medida con respecto a las pensiones, que se llevará a cabo en otoño); la prohibición del velo integral (el burka) en Francia por medio de una ley impulsada por el Gobierno; no subirá los impuestos; que los ciudadanos "que esperan resultados en materia de seguridad, los verán" y defender la Política Agrícola Común.
A la vez pospondrá el impuesto al carbón, una reforma que el Presidente había pregonado como la contribución clave de Francia contra el calentamiento global. La tasa al carbón queda subordinada a la decisión de la UE.
En el discurso también justifica su apertura ya que debe velar por la pluralidad de opiniones y arguyó la disminución del número de delitos gracias a su política.
Mientras tanto, dentro del partido, Jean-François Copé, presidente del grupo de la UMP en la Asamblea Nacional y una de las cabezas visibles del centro-derecha se mostró con ambición y determinación como para convertirse en el reemplazo de Sarkozy si éste decae. Por su parte Villepin, anunciará mañana la creación de un nuevo movimiento como alternativa a la UMP.
Por: Nadia Aguado Benítez
Fuentes:
http://www.lanacion.com.ar/
http://www.lemonde.fr/
http://www.leparisien.fr/
http://news.bbc.co.uk/
http://www.france24.com/
http://www.elpais.com/