En el mundo político internacional encontramos un enorme número de conflictos, actores e instituciones, que le da mucha complejidad y amplitud al mismo, dificultando su comprensión. Además, este mismo pluriverso no es estático, por lo que aparecen constantemente nuevos factores, lo que hace aún más ardua la tarea de su entendimiento. Este espacio es una herramienta para comprender y actualizarse constantemente. Te invitamos a sumarte a Coordenadas. Sabé qué pasa en el Mundo.





lunes, 22 de junio de 2009

Un conflicto nacional desencadena una pugna regional, los protagonistas: Perú y Bolivia

"El primer recurso es la Amazonia. Tiene 63 millones de hectáreas y lluvia abundante. En ella se puede hacer forestación maderera y especialmente en los ocho millones de hectáreas destruidas, pero para eso se necesita propiedad, es decir, un terreno seguro sobre 5.000, 10.000 o 20.000 hectáreas, pues en menos terreno no hay inversión formal de largo plazo y alta tecnología", escribió en octubre de 2007 el presidente peruano, Alan García, en un artículo titulado El síndrome del perro del hortelano.

Durante los primeros días del mes de Junio, se desencadenó un conflicto entre el gobierno peruano y un grupo de indígenas. Cerca de 65 etnias amazónicas, que representan a unas 650.000 personas, pedían que se deroguen los decretos aprobados por el Gobierno que flexibilizan la venta de tierras. Según la comunidad indígena, estas medidas vulneran sus derechos de propiedad y ponen en riesgo sus vidas con el único afán gubernamental de poner en marcha el Tratado de Libre Comercio (TLC) con EEUU. Éstos grupos, creyeron que la mejor forma de protesta, y de hacer valer sus derechos sobre las tierras, era cortando rutas; pero claramente no fue la mejor metodología implicada. Ya que como consecuencia de ello, el Gobierno de Alan García desató una represión nunca antes vista en el país, generando una matanza de alrededor 50 personas, y centenares de heridos.

Los indígenas ya han empezado a desmovilizarse, pero el precio que ha tenido que pagar el Gobierno por la paz ha sido más alto de lo esperado. Según varias encuestas, y medios nacionales peruanos, la imagen del presidente ha descendido brutalmente en los últimos días, y miembros de la oposición y disidentes del oficialismo, afirman que el gobierno peruano va a tener que enfrentarse con una gran crisis de legitimidad, y hay una visible debilidad política, que desde ahora forman parte de los nuevos desafíos del presidente peruano. Pero no sólo hay consecuencias a nivel nacional, sino también a nivel internacional. Como producto de éste conflicto, en los últimos días fuimos testigos de un enfrentamiento entre Perú y Bolivia, que trajo consigo tensiones diplomáticas, que llevaron a que el gobierno peruano retire a su embajador, Fernando Rojas, del país vecino, Bolivia. Todo gira en torno a que el presidente de Bolivia, Evo Morales, ha calificado públicamente lo sucedido en Perú como un “genocidio”, y posteriormente, Alan García afirmó que el mandatario boliviano está detrás de los grupos indígenas, y que él es el responsable del conflicto, ya que Evo Morales alentó la rebelión indígena. A todo ello, se le suma la intervención de Bolivia en la disputa de Perú y Chile por una demanda marítima.

Para concluir, podemos sintetizar que la relación bilateral entre Perú y Bolivia no está en su mejor momento, debido principalmente a lo sucedido en los últimos días en Perú, pero tampoco debemos dejar de lado el pasado histórico conflictivo entre éstos dos países. Siempre que hay algún conflicto latente, “salen a la luz” nuevamente. Por ello, se cree que es necesario que los países vecinos, miembros del Mercosur, y de la región, intervengan como mediadores, para poder hallar alguna solución. En éstos momentos claves y de crisis política es dónde se debe identificar la presencia de una región unida y sólida para “dar batalla” a cualquier conflicto que se le presente.

Para terminar, es útil mencionar lo declarado por Naciones Unidas, en relación a lo acontecido en Perú: El viernes, el relator de la ONU para los Derechos de los Pueblos Indígenas, James Anaya, aseguró haber constatado que en el Perú hay un ambiente de “cambio y pasos positivos” para un entendimiento entre el Poder Ejecutivo y las comunidades amazónicas, y ratificó que en Bagua no se cometió genocidio. También consideró que los acuerdos entre el Estado peruano y las comunidades amazónicas deben ser compatibles con los estándares internacionales relacionados con los derechos de los pueblos indígenas, “inclusive aquellos sentados en la Declaración de las Naciones Unidas sobre los derechos de los pueblos indígenas y el Convenio 169 de la OIT, el cual fue ratificado por el Perú”.

Por: Natalin Faravelli