EN ARGENTINA, LA MANIPULACION DE LAS CIFRAS DE LA INFLACION SUSCITA LA DESCONFIANZA DE LOS INVESTIGADORES EXTRANJEROS
A pesar de cinco años de crecimiento, la economía argentina inquieta. Algunos analistas evocan también un posible défault y endeudamiento, siete años después de aquel de 2001, que fue uno de los más importantes de la historia financiera contemporánea.
A principios de agosto, Venezuela habría vuelto a comprar por un millon de dólares los títulos de la deuda argentina a una tasa de 15% de interés.
El 19 de agosto, la presidente de Argentina, Cristina Kirchner, atribuyó las turbulencias del mercado de la deuda “a los intereses financieros, económicos y mediáticos que quieren hacer creer que el país está al borde del colapso”. De hecho, Moodys había anunciado algunos días antes, haber reducido sus perspectivas sobre la deuda argentina de “positivas” a “estables”. Muchos economistas locales juzgan esos temores de exagerados. Piensan que en caso de dificultad de financiamiento, Buenos Aires podría recurrir a las reservas del Banco Central, que son de 40 mil millones de dólares.
Para pacificar los mercados, la señora Kirchner afirmó tener un excedente fiscal de más de 600 millones de pesos en julio, esto es un 56% más que el mismo mes pero del año pasado. Ella también mencionó un crecimiento del producto bruto interno de 8,1% y la creación de 107.000 empleos en el curso del primer trimestre. El ministro de Economía, Carlos Fernández por su parte anunció un fuerte aumento de las exportaciones que podrían llegar a los 72 mil millones de dólares a fines de 2008 contra los 55 mil millones de 2007.
La otra deficiencia, la crisis agrícola
La mayoría de los economistas estiman que la caída de los empréstitos del Estado argentino traducen principalmente la inquietud de los inversores de cara a la falta de credibilidad de las cifras oficiales de la inflación. El gobierno afirma que ella no supera el 10% cuando la mayoría de los economistas la estiman en un 25%.
La manipulación de cifras del Instituto Nacional de Estadísticas (Indec), criticado por numerosos sectores de la sociedad argentina, contribuye a ensuciar la imagen de Cristina Kirchner hasta en el mismo seno del partido peronista. Así, el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Daniel Scioli, admitió que la inflación afecta las municipalidades que no llegan más a cerrar las cuentas a fin de mes y a responder a las demandas de aumento de salarios a los empleados públicos.
Los alcaldes de la principal provincia argentina, en su mayoría peronistas, reclaman un rescate financiero al gobierno federal. Algunos manifiestan que los alimentos básicos aumentaron un 45% durante el último mes, afectando duramente a los más pobres. La clase media no está exenta. Según los institutos privados, los precios de los bienes y de servicios habrían aumentado más de un 23% en un año, sobretodo los alquileres y las coberturas médicas privadas, una cifra tres veces mayor que lo que indican las estadísticas oficiales.
La otra deficiencia es la crisis del mundo rural en un país en donde las exportaciones agrícolas aseguran la principal entrada de divisas. Los ruralistas estuvieron en pie de guerra y en julio, después de cuatro meses de huelga, obtuvieron que el proyecto de ley acerca de un aumento de los impuestos a las exportaciones de cereales sea rechazado por el Senado. Sin embargo, amenazan con comenzar una nueva huelga si el gobierno no reconsidera el precio de la lecha (juzgado como muy bajo) y si no levanta las restricciones a las exportaciones de carne y de trigo.
Fuente: Diario “Le monde”
Por: Clarisa Demattei