ASIA: Mosaico de culturas
Asia, es el continente más grande y populoso de la Tierra: abarca cerca de 45 millones de km2 (29,45% de las tierras emergidas), y cuenta con 4 mil millones de habitantes (60% de la población humana).
Se extiende sobre la mitad oriental del hemisferio Norte y el tema de su delimitación es objeto de múltiples debates hasta el día de hoy. Geográficamente, Asia y Europa forman un único continente, llamado Eurasia. Sin embargo, en la división convencional aparecen como dos entidades diferentes por razones culturales e históricas. Debido al carácter convencional de esta división, los límites de Asia varían dependiendo del criterio utilizado. Por ejemplo: para fijar el limite entre Asia y Europa, se decidió tomar como punto de referencia a los montes Urales, sin embargo existen diferentes criterios sobre cómo fijar la línea divisoria sobre los propios montes. También se puede mencionar el caso de la península del Sinaí que puede considerarse como parte de Asia o de África; Asimismo existen discrepancias en torno a la definición de la frontera euroasiática en el Cáucaso, y por ende, los países de Georgia, Armenia y Azerbaiyán pueden ser considerados tanto europeos como asiáticos.
Respecto a su delimitación interna, el continente asiático suele subdividirse en regiones según dos criterios, uno mas bien geográfico, y el otro más cultural. Según el criterio geográfico, nos encontramos con las siguientes regiones:
· Asia oeste o Asia suroeste o Suroeste asiático: formada por Armenia, Bahrain, Chipre, República Turca del Norte de Chipre, Sinaí (Egipto), Franja de Gaza, Irán, Iraq, Israel, Jordania, Kuwait, Líbano, Omán, Qatar, Arabia Saudita, Siria, Emiratos Árabes Unidos, Cisjordania y Yemen.
· Asia este o Este de Asia: formada por República Popular China —con Hong Kong y Macao (regiones administrativas especiales de la República Popular China)— República de China, Japón, Corea del Norte, Corea del sur y Mongolia.
· Asia sureste o Sureste Asiático: formada por Brunei, Camboya, Filipinas, Indonesia, Laos, Malasia, Birmania, Singapur, Tailandia, Timor Oriental y Vietnam).
· Asia norte: formada únicamente por Siberia.
· Asia meridional o Asia sur: formada por India, Pakistán, Afganistán, Bangladesh, Nepal, Bhutan, Sri Lanka y Maldivas.
· Asia central: formada por Kazajistán, Kirguistán, Tayikistán, Turkmenistán, Uzbekistán, Mongolia y la Región Autónoma de Xinjiang en la República Popular China.
Según el criterio cultural, nos encontramos con las siguientes:
· Asia Menor: referida a Turquía y Chipre.
· Oriente Próximo o Cercano Oriente: referida a Líbano y Franja de Gaza, Israel, Jordania, Siria, Iraq y Arabia, e incluyendo a Egipto.
· Oriente Medio o Medio Oriente: referida a Irán], Pakistán, la India «y sus países limítrofes».)
· Extremo Oriente o Lejano Oriente: referida a China, Corea, Japón y países del Pacífico.
La población, también presenta una diversidad de características como los de piel amarilla blanquecina y de ojos oblicuos, los indígenas como los malayos, de piel morena u oscura y también algunas etnias de tipo negroide y migrantes de diferentes países europeos.
Es comprensible, por ende, que las lenguas que se hablan en el continente asiático sean muy numerosas. Entre ellas la más hablada es el chino o mandarín, seguidos del hindi, el chino cantonés, el urdu, el árabe, el japonés, el bahasa indonesio, el coreano, turco, hebreo, persa, birmano, tailandés, tagalo, ruso, armenio, tibetano, etc. Debido a la colonización europea en diferentes naciones asiáticas, algunos idiomas europeos son también de uso habitual. Por ejemplo el inglés, el francés, el español, el griego y el portugués .
Además, la mayoría de las grandes religiones universales tienen su origen en Asia. Las más profesadas son el budismo, el Islam y el hinduismo, seguidos del confucianismo, taoísmo, sintoísmo, judaísmo, animismo, etc.
En los valles de la India y China, se desarrollaron las primeras civilizaciones humanas. Luego, con las campañas persas en Grecia comenzaron los contactos con Europa y, posteriormente, con la expedición de Alejandro Magno. A partir del siglo VII, el Islam se difundió por el cercano oriente, la India, Indonesia y China y a partir del siglo XVIII los turcos otomanos extendieron su poder hasta el este de Europa y el norte de África. Luego, portugueses y españoles iniciaron la penetración colonial en Asia, que fue continuada por holandeses, británicos, franceses y rusos.
Únicamente Japón, China y el imperio turco lograron mantener la independencia política hasta el siglo XX. Sin embargo, después de la segunda guerra mundial se aceleró el proceso de descolonización, y entonces, China, la URSS y los EAU comenzaron a competir en la creación de zonas de influencia. Posteriormente, luego de la desaparición de la Unión Soviética (1991) surgen nuevas repúblicas independientes.
Es importante mencionar, así sea a modo general, la economía del continente. En él subsiste un llamativo contraste entre algunas naciones cuyo desarrollo no deja de asombrar al mundo entero, y numerosas otras cuyo nivel de subdesarrollo resulta preocupante. Un elevado porcentaje de la población del continente se dedica a la agricultura, una minoría de los asiáticos está empleada en actividades de manufactura. Sin embargo, países como Japón han modernizado con éxito su economía, al igual que Israel, Corea del Sur, Singapur, Hong Kong y, en menor grado, Indonesia, Malasia, Tailandia, Turquía y los estados petrolíferos de la península Arábiga. En cambio, aunque los países del suroeste de Asia han hecho progresos, la distribución de los ingresos ha quedado más concentrada que en otros países.
Estimulada por las inversiones extranjeras a gran escala, la rápida privatización y la industrialización, la República Popular China consiguió el crecimiento más rápido de Asia a principios de la década de 1990. En 2005, China se convirtió en la sexta economía mundial.
Puede decirse, entonces, que debido a su extensión, Asia es uno de los continentes más ricos en materia de historia, cultura, y recursos humanos y naturales (sociedad y espacio). Pero esa misma heterogeneidad resulta también desventajosa, puesto que acentúa cada vez más la brecha entre países desarrollados y subdesarrollados, generando dentro del bloque importantes diferencias. Quizás el mayor desafío se les presenta a las naciones más poderosas, llamadas por el resto de sus vecinos a reducir su influencia y a respetar las esferas políticas privadas, permitiendo, de este modo, el desarrollo de la región.
Se extiende sobre la mitad oriental del hemisferio Norte y el tema de su delimitación es objeto de múltiples debates hasta el día de hoy. Geográficamente, Asia y Europa forman un único continente, llamado Eurasia. Sin embargo, en la división convencional aparecen como dos entidades diferentes por razones culturales e históricas. Debido al carácter convencional de esta división, los límites de Asia varían dependiendo del criterio utilizado. Por ejemplo: para fijar el limite entre Asia y Europa, se decidió tomar como punto de referencia a los montes Urales, sin embargo existen diferentes criterios sobre cómo fijar la línea divisoria sobre los propios montes. También se puede mencionar el caso de la península del Sinaí que puede considerarse como parte de Asia o de África; Asimismo existen discrepancias en torno a la definición de la frontera euroasiática en el Cáucaso, y por ende, los países de Georgia, Armenia y Azerbaiyán pueden ser considerados tanto europeos como asiáticos.
Respecto a su delimitación interna, el continente asiático suele subdividirse en regiones según dos criterios, uno mas bien geográfico, y el otro más cultural. Según el criterio geográfico, nos encontramos con las siguientes regiones:
· Asia oeste o Asia suroeste o Suroeste asiático: formada por Armenia, Bahrain, Chipre, República Turca del Norte de Chipre, Sinaí (Egipto), Franja de Gaza, Irán, Iraq, Israel, Jordania, Kuwait, Líbano, Omán, Qatar, Arabia Saudita, Siria, Emiratos Árabes Unidos, Cisjordania y Yemen.
· Asia este o Este de Asia: formada por República Popular China —con Hong Kong y Macao (regiones administrativas especiales de la República Popular China)— República de China, Japón, Corea del Norte, Corea del sur y Mongolia.
· Asia sureste o Sureste Asiático: formada por Brunei, Camboya, Filipinas, Indonesia, Laos, Malasia, Birmania, Singapur, Tailandia, Timor Oriental y Vietnam).
· Asia norte: formada únicamente por Siberia.
· Asia meridional o Asia sur: formada por India, Pakistán, Afganistán, Bangladesh, Nepal, Bhutan, Sri Lanka y Maldivas.
· Asia central: formada por Kazajistán, Kirguistán, Tayikistán, Turkmenistán, Uzbekistán, Mongolia y la Región Autónoma de Xinjiang en la República Popular China.
Según el criterio cultural, nos encontramos con las siguientes:
· Asia Menor: referida a Turquía y Chipre.
· Oriente Próximo o Cercano Oriente: referida a Líbano y Franja de Gaza, Israel, Jordania, Siria, Iraq y Arabia, e incluyendo a Egipto.
· Oriente Medio o Medio Oriente: referida a Irán], Pakistán, la India «y sus países limítrofes».)
· Extremo Oriente o Lejano Oriente: referida a China, Corea, Japón y países del Pacífico.
La población, también presenta una diversidad de características como los de piel amarilla blanquecina y de ojos oblicuos, los indígenas como los malayos, de piel morena u oscura y también algunas etnias de tipo negroide y migrantes de diferentes países europeos.
Es comprensible, por ende, que las lenguas que se hablan en el continente asiático sean muy numerosas. Entre ellas la más hablada es el chino o mandarín, seguidos del hindi, el chino cantonés, el urdu, el árabe, el japonés, el bahasa indonesio, el coreano, turco, hebreo, persa, birmano, tailandés, tagalo, ruso, armenio, tibetano, etc. Debido a la colonización europea en diferentes naciones asiáticas, algunos idiomas europeos son también de uso habitual. Por ejemplo el inglés, el francés, el español, el griego y el portugués .
Además, la mayoría de las grandes religiones universales tienen su origen en Asia. Las más profesadas son el budismo, el Islam y el hinduismo, seguidos del confucianismo, taoísmo, sintoísmo, judaísmo, animismo, etc.
En los valles de la India y China, se desarrollaron las primeras civilizaciones humanas. Luego, con las campañas persas en Grecia comenzaron los contactos con Europa y, posteriormente, con la expedición de Alejandro Magno. A partir del siglo VII, el Islam se difundió por el cercano oriente, la India, Indonesia y China y a partir del siglo XVIII los turcos otomanos extendieron su poder hasta el este de Europa y el norte de África. Luego, portugueses y españoles iniciaron la penetración colonial en Asia, que fue continuada por holandeses, británicos, franceses y rusos.
Únicamente Japón, China y el imperio turco lograron mantener la independencia política hasta el siglo XX. Sin embargo, después de la segunda guerra mundial se aceleró el proceso de descolonización, y entonces, China, la URSS y los EAU comenzaron a competir en la creación de zonas de influencia. Posteriormente, luego de la desaparición de la Unión Soviética (1991) surgen nuevas repúblicas independientes.
Es importante mencionar, así sea a modo general, la economía del continente. En él subsiste un llamativo contraste entre algunas naciones cuyo desarrollo no deja de asombrar al mundo entero, y numerosas otras cuyo nivel de subdesarrollo resulta preocupante. Un elevado porcentaje de la población del continente se dedica a la agricultura, una minoría de los asiáticos está empleada en actividades de manufactura. Sin embargo, países como Japón han modernizado con éxito su economía, al igual que Israel, Corea del Sur, Singapur, Hong Kong y, en menor grado, Indonesia, Malasia, Tailandia, Turquía y los estados petrolíferos de la península Arábiga. En cambio, aunque los países del suroeste de Asia han hecho progresos, la distribución de los ingresos ha quedado más concentrada que en otros países.
Estimulada por las inversiones extranjeras a gran escala, la rápida privatización y la industrialización, la República Popular China consiguió el crecimiento más rápido de Asia a principios de la década de 1990. En 2005, China se convirtió en la sexta economía mundial.
Puede decirse, entonces, que debido a su extensión, Asia es uno de los continentes más ricos en materia de historia, cultura, y recursos humanos y naturales (sociedad y espacio). Pero esa misma heterogeneidad resulta también desventajosa, puesto que acentúa cada vez más la brecha entre países desarrollados y subdesarrollados, generando dentro del bloque importantes diferencias. Quizás el mayor desafío se les presenta a las naciones más poderosas, llamadas por el resto de sus vecinos a reducir su influencia y a respetar las esferas políticas privadas, permitiendo, de este modo, el desarrollo de la región.
Por: Catalina Barros Fabani