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viernes, 25 de abril de 2008

Rusia renueva su presidente
¿Cambiar todo para que nada cambie?



En apenas tres semanas, Vladimir Putin será reemplazado en la presidencia de Rusia por el candidato electo recientemente, Dimitri Medvedev. Sin embargo, Putin no desaparecerá de la esfera política, sino que asumirá como Jefe de Gobierno, perpetuándose así (constitucionalmente) en el poder. Esto ha despertado controversiales reacciones. ¿Qué riesgos o implicancias políticas tiene esta situación?

Las elecciones democráticas en Rusia son un suceso bastante reciente: el proceso de democratización de este país tiene su inicio luego de la disolución de la Unión Soviética, en el año 1991. El Presidente entonces electo fue Boris Yeltsin, quien, tras implementar una abrupta apertura de mercado, desestabilizó al país, generando severos efectos sobre el pueblo. Tras este período de crisis política, económica y social, asumió la dirigencia en el año 2000, Vladimir Putin.

Su obrar no ha pasado desapercibido a los ojos del mundo: su acción es reconocida tanto nacional como internacionalmente. Habiendo asumido luego de un período de agitación política, logró reestablecer el orden económico, devolviéndole al pueblo ruso seguridad y estabilidad. A su vez, posicionó a Rusia internacionalmente, defendiendo sus intereses con firmeza e invirtiendo especial empeño en el desarrollo del aspecto militar. El país recuperó de este modo el protagonismo que había ido perdiendo en las relaciones internacionales, y el Presidente cobró una reconocida popularidad entre los ciudadanos.

Sin embargo, a lo largo de su mandato, el dirigente también enfrentó fuertes acusaciones por atentar contra muchos principios democráticos, principalmente en lo referente a la censura e intervención en los medios de comunicación denotando su intolerancia a la oposición. Se puede citar a modo de ejemplo el asesinato de la periodista Anna Politkóvskaya expone claramente esta situación. Asimismo Putin es considerado responsable del inicio de la segunda guerra en Chechenia, y de las modificaciones en la reglamentación de las ONG’s con el fin de restringir su intervención en el país.

Los resultados de los comicios llevados a cabo entre diciembre de 2007 y marzo de 2008, dejaron en evidencia la importancia de la figura de Putin, quien, al no poder presentarse al cargo por tercera vez consecutiva, encontró como alternativa asumir la Jefatura de Gobierno del país. Esto no implica necesariamente una pérdida de protagonismo en la esfera política. El papel que juega un Jefe de Gobierno en Rusia es quizás más activo que el del mismísimo Presidente. Y si se considera que quien estará asumiendo esa posición es, nada más y nada menos, aquella persona que ha logrado concentrar sobre sí misma todo el poder político, económico y social del país en los últimos ocho años, puede esperarse que su relevancia sea aún mayor.

Luego de alcanzar una increíble centralización de poder sobre la figura del Presidente, resultaba esperable que Putin presentara como candidato a un hombre que ha trabajado junto a él, que conoce y con el que tiene cierta confianza; es presumible que Dimitri Medvedev será su “delfín político”.

A través de esta maniobra política, puede entreverse la intención del mandatario ruso de no perder ese poder y seguir ejerciéndolo a través del nuevo puesto, que estará ocupando desde el 7 de mayo. No obstante, existe otro posible escenario, donde ambos hombres de Estado se enfrenten a una “dicotomía de poder”, en otras palabras, que se genere entre ellos un silencioso enfrentamiento en el marco de un roce de fuerzas progresivo, cuyas consecuencias resultan aún impredecibles para nosotros. En este último escenario, no existiría suficiente lugar para dos cabezas de Estado, entonces ¿quién ejercerá verdaderamente el poder?

El interrogante que sintetiza toda la problemática es: ¿cumplirá Medvedev las expectativas de Putin, o logrará abrirse de su predecesor y hacer su propia política? El tiempo dirá…


Catalina Barros Fabani
Florencia Semberoiz




ARTÍCULOS DE INTERÉS

·
“A Perilous Tale of 2 Lions and Lots of Jackals”

· “The Myth of the Authoritarian Model” by Michael McFaul and Kathryn Stoner-Weiss

· “What Russians think and want” by Richard Pipes

· “Asesinada en Moscú, Anna Politkovskaya (…)” , Diario EL PAÍS