En el mundo político internacional encontramos un enorme número de conflictos, actores e instituciones, que le da mucha complejidad y amplitud al mismo, dificultando su comprensión. Además, este mismo pluriverso no es estático, por lo que aparecen constantemente nuevos factores, lo que hace aún más ardua la tarea de su entendimiento. Este espacio es una herramienta para comprender y actualizarse constantemente. Te invitamos a sumarte a Coordenadas. Sabé qué pasa en el Mundo.





domingo, 25 de abril de 2010

A 28 años de la Guerra de Malvinas



La Guerra de las Malvinas fue un conflicto armado entre la República Argentina y el Reino Unido que tuvo lugar en las islas Malvinas, Georgias del Sur y Sándwich del Sur. La guerra se desarrolló entre el 2 de abril, día del desembarco argentino en las islas, y el 14 de junio de 1982, fecha de la rendición argentina, lo que conllevó la recuperación de los tres archipiélagos por parte del Reino Unido.

La causa fue la lucha por la soberanía sobre estos archipiélagos australes, tomados por la fuerza en 1833 y dominados desde entonces por el Reino Unido, algo nunca aceptado por Argentina que los sigue reclamando como parte integral e indivisible de su territorio; de hecho, considera que se encuentran ocupados ilegalmente por una potencia invasora y los incluye como parte de su Provincia de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur.

El coste final de la guerra en vidas humanas fue de 649 militares argentinos, 255 británicos y 3 civiles isleños.

Políticamente, en la Argentina, la derrota en el conflicto precipitó la caída de la junta militar que gobernaba el país; en el Reino Unido, por su parte, la victoria en el enfrentamiento ayudó a que el gobierno conservador de Margaret Thatcher lograra la reelección en las elecciones del año 1983.

El intento de mediación de Reagan en el conflicto: El mandatario norteamericano, Ronald Reagan, decidió intentar pacificar la tensa situación entre Argentina y Gran Bretaña, para ello, realizó un llamado telefónico a la Casa Rosada, sede del Poder Ejecutivo Argentino, para poder tener una conversación con Leopoldo Galtieri. Durante la conversación telefónica se pueden reconocer puntos:
1) El intento de Reagan de buscar opciones pacíficas
2) La contundente respuesta de Galtieri ante el pedido: “Deseo recordarle que mi país ha mantenido en ese litigio con Gran Bretaña una actitud permanentemente favorable a la negociación, como lo demuestran los 17 años de conversaciones infructuosas en el marco de la Naciones Unidas que hemos encarado con una nación que, hace más de un siglo y medio, usurpó por la fuerza un territorio que, por derecho, pertenece a la Argentina. Nuestra vocación negociadora sigue siendo inalterable, pero también la paciencia del pueblo argentino tiene un límite. Gran Bretaña ha amenazado a ciudadanos argentinos que se encuentran legítimamente en las islas Georgias del Sur y mi gobierno tiene la obligación de protegerlos. Además, el Reino Unido persiste en desoír los reclamos argentinos para poner término a la negociación y no ha respondido a la última propuesta que le hemos formulado para agilizar el trámite.”
3) La advertencia de Reagan ante la presunta respuesta británica: “creo que es mi obligación advertir a usted que Gran Bretaña está dispuesta a responder militarmente a un desembarco argentino. Así me lo ha hecho saber el Reino Unido. Además, la señora Thatcher es una mujer muy decidida y ella tampoco tendría otra alternativa que dar una respuesta militar. El conflicto será trágico y tendrá graves consecuencias hemisféricas.”
4) La amenaza ante el conflicto: “No quiero dejar de puntualizar claramente, entonces, que la relación entre su país y el mío sufrirá gravemente. La opinión pública norteamericana y mundial adoptarán una actitud negativa frente al uso argentino de la fuerza. Además, el esfuerzo que he puesto para construir aquella relación se verá gravemente afectado. Gran Bretaña, señor Presidente, es un amigo muy estrecho de Estados Unidos, y la nueva relación que hoy mantiene Washington con la Argentina se verá irremediablemente perjudicada.”
5) El fracaso de la conversación: al día siguiente comenzó el conflicto bélico.

Su desarrollo: El 2 de abril de 1982, tres días después de la movilización en la Plaza de Mayo, alrededor de cinco mil efectivos al mando del general Mario Benjamín Menéndez desembarcaron en Puerto Stanley, la capital de las Islas Malvinas, desde entonces rebautizada como Puerto Argentino. Los cuarenta y nueve marines ingleses que conformaban la pequeña guarnición encargada de la custodia del archipiélago fueron capturados y trasladados a Montevideo junto con el gobernador Rex Hunt. El general Menéndez asumió como gobernador de Malvinas. Aunque para la sociedad argentina la toma de Malvinas fue algo inesperado, el plan militar hacia tiempo que se venia analizando.

Gran Bretaña había alertado al gobierno de Estados Unidos cuando la invasión parecía inminente, lo que dio lugar a un infructuoso llamamiento de última hora por parte del presidente estadounidense Ronald Reagan al presidente argentino Galtieri.
El gobierno británico de la primera ministra Margaret Thatcher se enfrentó a una grave crisis política, que provocó la dimisión inmediata del ministro de Asuntos Exteriores, Lord Carrington. Margaret Thatcher para mejorar su imagen política decidió liberar las islas y su primer triunfo fue diplomático, pues logró que el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas declarara a la Argentina “país agresor” y obtuvo el aval incondicional de EE.UU. y de la Comunidad Económica Europea.

El apoyo latinoamericano a la Argentina fue casi unánime. Nicaragua ofreció tropas; Venezuela, petróleo y Perú, aviones de reemplazo. Solamente el régimen de Pinochet, en Chile, adopté una posición contraria, concediendo a los británicos suministros y bases para unidades de comandos.

Rápidamente se reunió un importante destacamento de fuerzas, formado por dos portaaviones y unos 28.000 hombres. Cuando este destacamento inició su viaje de 8.000 millas hasta el Atlántico sur, se produjo una intensa actividad diplomática por parte del secretario de Estado (ministro de Asuntos Exteriores) de Estados Unidos, Alexander Haig, el cual trató de convencer a Argentina de que tenía más posibilidades de alcanzar su objetivo aceptando entablar negociaciones diplomáticas, pero al fracasar en sus esfuerzos, el 30 de abril anunció formalmente el apoyo estadounidense a Gran Bretaña.

El 25 de abril, las fuerzas británicas reconquistaron Georgia del Sur. A comienzos de mayo, tras el despliegue del grueso de sus fuerzas en la zona, los aviones de la RAF (Fuerza Aéreas británicas) comenzaron a atacar las posiciones argentinas, en especial la pista de aterrizaje de Puerto Stanley (Puerto Argentino, antiguo Puerto Soledad). Aunque los británicos no lograron expulsar a las fuerzas aéreas y navales argentinas, el submarino nuclear Conqueror provocó el hundimiento del crucero argentino General Belgrano, provocando la muerte de 368 hombres. A continuación, un misil Exocet lanzado por la aviación argentina hundió a un destructor británico, el HMS Sheffield.

Los británicos se prepararon para un desembarco anfibio en la Gran Malvina (una de las mayores islas del archipiélago), una operación militar bastante difícil. Fuerzas especiales reconocieron la isla para determinar las posiciones de las tropas argentinas e identificar los lugares más apropiados para el desembarco. Mientras tanto, la actividad diplomática continuaba, primero a iniciativa del gobierno peruano y, después, del secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) Javier Pérez de Cuéllar. Una vez más, el gobierno argentino se negó a contemplar la posibilidad de una retirada militar si no se le garantizaba que las negociaciones directas desembocarían en una transmisión de soberanía.

El 21 de mayo, unos días después de que concluyeran los esfuerzos de la ONU, sin que se produjera ningún avance, las tropas británicas desembarcaron en San Carlos (en la Gran Malvina). El desembarco se llevó a cabo con éxito, pero durante los días siguientes no cesaron los ataques aéreos contra los buques británicos que trataban de desembarcar suministros en tierra. Fueron hundidos tres buques de guerra y un mercante, el Atlantic Conveyor, varios helicópteros se perdieron. Numerosos aviones argentinos fueron derribados.

Poco a poco, mediante ataques combinados de artillería e infantería para acabar con la intermitente resistencia argentina, los británicos tomaron las tierras altas que rodean Puerto Stanley (Puerto Argentino). El 14 de junio, la guarnición argentina, a las órdenes del general Menéndez, se rindió. La Junta Militar que controlaba el poder en Argentina dimitió poco después de la derrota. Las islas fueron fortificadas por los británicos, manteniendo su carácter de colonia, aunque a sus habitantes se les concedió la plena ciudadanía británica.

Mediación del Papa Juan Pablo II: En ese contexto llegó a la Argentina el Papa Juan Pablo II. Su visita fue interpretada como un intento de convencer al gobierno de que terminara la guerra.

El 14 de junio los 11.000 soldados argentinos se rindieron ante el general inglés Moore. Al día siguiente, Galtieri convocó a la población a la Plaza de Mayo para anunciar la rendición.

Situación actual: Desde el retorno a la democracia, en 1983 el Gobierno de la República Argentina renunció expresamente a la lucha armada como medio para recuperar la soberanía de las islas. La política en torno a Malvinas fue variando entre las distintas administraciones que se sucedieron en la Casa Rosada. El primero en tener una política activa en torno al tema de Malvinas fue Carlos Saúl Menem, quien en 1991 reestableció las relaciones diplomáticas con el Reino Unido. Durante su presidencia, la Cancillería intentó una política de seducción para con los isleños, dirigida por el canciller Guido Di Tella. Dentro de esta política, la reforma constitucional de 1994 le reconoce a los malvinenses la ciudadanía argentina.

La política de seducción fue revertida por las administraciones siguientes. Así, desestima la proclamada autodeterminación de los “kelpers”, que prefieren formar parte del Reino Unido, al sostener que el Estado Argentino debe velar por los “intereses” y no por los “deseos” de sus ciudadanos (los malvinenses).

Recientemente hubo un brote de tensión con respecto al reclamo de soberanía, originado por exploraciones petrolíferas en la zona de exclusión, autorizadas unilateralmente por el Reino Unido. El reclamo argentino fue, en esta ocasión, unánimemente respaldado por los 32 países de Latinoamérica y el Caribe (incluyendo a países miembros del Commonwealth). El 1º de Marzo la Secretaria de Estado de los Estados Unidos, Hillary Clinton, se comprometió ante la Presidenta Cristina Fernández de Kirchner a mediar ante el Reino Unido para que éste retomara las negociaciones.

Por: Martín Tomás César y Francisco Navarro

Fuentes:
http://es.wikipedia.org/
Cardoso, Oscar, Kirschbaum, Ricardo y Van Der Kooy, Eduardo, Malvinas, la trama secreta. Editorial Sudamericana-Planeta, Buenos Aires, 1983.